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Dirección regional de Educación - San Martín
El 22 de abril es
el Día de la Tierra. Aunque la COVID-19 se ha extendido por todo el mundo y ha
dominado la agenda noticiosa y la atención mundial, la necesidad de acelerar la
acción por el clima y la naturaleza sigue siendo tan urgente como siempre.
Para fines de
2020, las emisiones globales de carbono deben disminuir 7,6% y continuar
disminuyendo en esa misma proporción cada año durante la próxima década para
que podamos mantener el calentamiento global por debajo de 1,5˚C a fines de
siglo, según el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2019 del Programa de las I
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En 2020 se
conmemoran los 50 años del Día de la Tierra y el cuarto aniversario de la firma
del Acuerdo de París sobre cambio climático.
La actual
pandemia de COVID-19 es un claro recordatorio de la vulnerabilidad de los
humanos y del planeta frente a amenazas de magnitud global. El daño
descontrolado a nuestro medio ambiente debe ser abordado.
En su respuesta a
los impactos socioeconómicos de COVID-19, el Secretario General de las Naciones
Unidas, António Guterres, señaló que "si hubiéramos avanzado más en el
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París
sobre el Cambio Climático, podríamos enfrentar mejor este desafío".
"La
naturaleza está en crisis, amenazada por la pérdida de hábitats y
biodiversidad, el calentamiento global y la contaminación. Si no actuamos, le
fallaremos a la humanidad. Abordar la nueva pandemia de coronavirus y
protegernos de futuras amenazas mundiales requiere una gestión segura de los
desechos médicos y químicos peligrosos; un manejo sólido de la naturaleza y la
biodiversidad; y un claro compromiso de "reconstruir mejor", crear
empleos verdes y facilitar la transición hacia economías neutras en carbono. La
humanidad depende de la acción inmediata para un futuro resiliente y
sostenible".